Esta vez, estimada audiencia, dejamos uno de los mayores destellos del pensamiento nacional. Hace ya un buen rato que nuestras a veces incomprendas reinas, no nos brindaban una reflexión tan profunda y sensata. Echando mano de siglos y siglos de postulados filosóficos, la bella Verónica Velásquez nos sumergió en una hondísima y apasionante meditación alrededor del papel de la mujer como compañera del hombre. Recomendamos mucha atención, ya que, aunque muy completa, la premisa puede resultar algo difícil de comprender para aquellos que no hayan cursado estudios avanzados en filosofía.
20 de noviembre de 2008
Un desatinado ladrido filosófico
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