El Canal Caracol lanzó su más reciente producción '¿Quién amará a María?' y aunque aseguró que ésta era su as bajo la manga, lo cierto es que la telenovela no llegó ni a uno de bastos.
La historia es perezosa y pensada para un público con bajos niveles de inteligencia.
La redundancia y los diálogos predecibles no estimulan a nadie, y ni qué decir de la poca monta en cuanto al trabajo actoral.
Pero empecemos en orden. El melodrama gira en torno a Marcia, una 'treintañera' que dejó a su marido porque le puso cuernos y como su sueño era tener un hijo con urgencia, se le ocurre la grandiosa idea de encarnar la personalidad de cuatro Marías distintas para elegir así a un 'enamorado' que esté a la altura de ella. Punto final. Esta es la historia.
Katerine Porto es la actriz 'delegada' para encarnar a Marcia y a sus cuatro Marías: sí, ella es la mujer llamada a demostrar que en Colombia a nadie le queda grande nada. Será un trabajo titánico, monumental, mítico. Sin lugar a dudas ella revolucionará el arte dramático de este país, caracterizado en los medios internacionales por paracos, guerrillos y corruptos. Aunque no sé con qué talento. Y hay que decir que las piernas largas, el cuerpo firme y su toque de mujer latina fatal no son suficientes para que una telenovela tenga éxito.
Por otro lado, los diálogos son estupendos, pero para un niño que esté aprendiendo a leer. Nadie se cree el cuento, ya que son predecibles y rayan en lo absurdo y en lo obvio. ¿A quién se le ocurre que un hombre trate a su esposa como si ésta fuera la reencarnación del Papa Juan Pablo II? Bueno, pues tengo la respuesta: a los excelentísimos guionistas de tan excelsa producción.
Y qué decir de los demás actores. Después de ver a la mayoría de ellos, el espectador queda sin palabras. Parecería que la fórmula fuera "poco talento y mucha belleza", pero es que la gente quiere más que eso. La experiencia ha demostrado que cuando los guionistas y directores se atreven a realizar algo diferente, algo que rompe esquemas y paradigmas, los televidentes valoran el esfuerzo.
En definitiva, francamente creo que nadie amará a María, porque ella es insulsa, esquemática y poco imaginativa, porque ella no supo robarse el corazón de unos colombianos que tan sólo piden que se les ofrezca algo nuevo y entretenido. Pero con este tipo de producciones lo único que puede decir una persona del común es ¡qué flojera de telenovela!
La historia es perezosa y pensada para un público con bajos niveles de inteligencia.
La redundancia y los diálogos predecibles no estimulan a nadie, y ni qué decir de la poca monta en cuanto al trabajo actoral.
Pero empecemos en orden. El melodrama gira en torno a Marcia, una 'treintañera' que dejó a su marido porque le puso cuernos y como su sueño era tener un hijo con urgencia, se le ocurre la grandiosa idea de encarnar la personalidad de cuatro Marías distintas para elegir así a un 'enamorado' que esté a la altura de ella. Punto final. Esta es la historia.
Katerine Porto es la actriz 'delegada' para encarnar a Marcia y a sus cuatro Marías: sí, ella es la mujer llamada a demostrar que en Colombia a nadie le queda grande nada. Será un trabajo titánico, monumental, mítico. Sin lugar a dudas ella revolucionará el arte dramático de este país, caracterizado en los medios internacionales por paracos, guerrillos y corruptos. Aunque no sé con qué talento. Y hay que decir que las piernas largas, el cuerpo firme y su toque de mujer latina fatal no son suficientes para que una telenovela tenga éxito.
Por otro lado, los diálogos son estupendos, pero para un niño que esté aprendiendo a leer. Nadie se cree el cuento, ya que son predecibles y rayan en lo absurdo y en lo obvio. ¿A quién se le ocurre que un hombre trate a su esposa como si ésta fuera la reencarnación del Papa Juan Pablo II? Bueno, pues tengo la respuesta: a los excelentísimos guionistas de tan excelsa producción.
Y qué decir de los demás actores. Después de ver a la mayoría de ellos, el espectador queda sin palabras. Parecería que la fórmula fuera "poco talento y mucha belleza", pero es que la gente quiere más que eso. La experiencia ha demostrado que cuando los guionistas y directores se atreven a realizar algo diferente, algo que rompe esquemas y paradigmas, los televidentes valoran el esfuerzo.
En definitiva, francamente creo que nadie amará a María, porque ella es insulsa, esquemática y poco imaginativa, porque ella no supo robarse el corazón de unos colombianos que tan sólo piden que se les ofrezca algo nuevo y entretenido. Pero con este tipo de producciones lo único que puede decir una persona del común es ¡qué flojera de telenovela!
ON
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